viernes, 11 de octubre de 2013

Casa en Rio Frio - Tabio




Las más de las veces, la casa del arquitecto, diseñada por el mismo, tiende a ser una "tesis" académica, un manifiesto idealista en el sentido de "esto es lo que quise haber hecho siempre".
En este caso se trata de la casa de fin de semana de Rogelio Salmona construida en 1997, en las afueras de Bogotá.
Y en tal sentido el arquitecto no pretendió hacer nada diferente de lo que venía proponiendo para sus clientes particulares en el caso del tema vivienda.
En la casa Riofrío, lo permanente tiene que ver con la tradición de los patios de las viejas haciendas coloniales, el agua de la acequía en diagonal, que relaciona a estos espacios y que refleja el cielo, etc.
La respuesta contingente a la necesidad de un problema, -una casa de fin de semana de bajo presupuesto- no es excusa para que el arquitecto olvide lo otro...

Centro Cultural Gabriel Garcia Márquez




Localizado en el corazón de La Candelaria, barrio histórico de valor patrimonial y núcleo fundacional de Bogotá, en un lote con fuerte desnivel donde antiguamente estaba el Palacio de Justicia y que desde hace muchos años se encuentra baldío.
A diferencia de la situación de edificio exento que está presente en casi toda la obra de Salmona, en el Fondo de Cultura Económica, el lote de esquina se encuentra limitado por casas coloniales por un lado y un edificio de la década de 1940 por el otro. Como respuesta a esta condición urbana, el proyecto respeta la altura predominante y establece una fachada en dos capas: con la primera, continúan el ritmo y el paramento de la calle, y con la segunda, va introduciendo a los espacios abiertos del interior de la manzana.

Museo Quimbaya de Armenia




El Museo fue construido para exhibir y divulgar piezas de la cultura indígena Quimbaya, que floreció en el centro del país, en lo que hoy es la zona cafetera, y se ubica en un terreno inclinado en las afueras de la ciudad de Armenia, situada a 400 km de Bogotá y en clima cálido. La sucesión de patios en diagonal se refuerza por el recorrido lineal de un hilo de agua que, simbólicamente, brota en la parte superior, para internarse de nuevo en la tierra, en la parte inferior. La impronta de la trama de los ladrillos en los pisos retoma las figuras geométricas de las culturas precolombinas colombianas.

Archivo General de la Nación




Localizado en el centro histórico de la ciudad, el edificio del Archivo pretende ser la memoria de Colombia y una obra significativa cultural y arquitectónica, que revele la filosofía de la concepción archivística moderna y junto con el patrimonio documental que conserva, produzca el "milagro" de poner la memoria al servicio de la imaginación y de la poesía.
La implantación y la arquitectura fue en este caso generada por la relación con los edificios más significativos del entorno y por el fantástico espectáculo natural que rodea la ciudad, y que en el sitio mismo donde está ubicado el archivo, forma una concavidad de gran belleza natural. El edificio esta conformado por dos cuerpos, uno al norte y otro al sur, relacionados por un espacio común. 
El cuerpo "Norte" se presenta, como un cubo que contiene un patio central circular, una rotonda de acceso a todas las dependencias. Esta rotonda actúa como un receptor, un tímpano que recoge todos los sonidos del entorno, y es además lugar de encuentro con la. Ciudad, en particular con el gran espacio constituido por los cerros de Monserrate y de Guadalupe. 
La transparencia entre el edificio y la ciudad, entre su interior y exterior y entre sus diferentes espacios, forma también parte de la composición arquitectónica de este cuerpo. Quiere significar además, que la transparencia de la arquitectura es esencial para la transparencia de la administración: es que el símbolo también forma parte de la arquitectura. 
El cuerpo "Sur" completamente cerrado contiene los depósitos de documentos. Mantiene la relación y la unidad con el cuerpo "Norte" por medio de grandes vanos "cerrados" por celosías o calados de ladrillo, la misma paramentación e igual altura.

Casa de Huéspedes Ilustres de Cartagena




La casa, distinguida con el Premio Nacional de Arquitectura en 1986 y el Premio Taller América otorgado en la VII Bienal de Arquitectura de Chile a la mejor obra de arquitectura latinoamericana, forma un conjunto con el Fuerte de Manzanillo, una de las fortificaciones que protegieron la bahía de Cartagena durante el régimen colonial, la cual fué restaurada por el arquitecto Germán Téllez Castañeda. El trazado de la Casa se basa en un sistema de ejes de circulación y patios, cada uno de ellos dotado de un carácter especial. Dos de esos patios, especialmente importantes, están rodeados por las principales dependencias. Otros de menor tamaño rematan los ejes de circulación y complementan algunos de los espacios privados. La disposición funcional es sencilla y responde claramente a las demandas de una vivienda que puede alojar muchas personas a la vez, sin perder el carácter y la escala doméstica de los espacios.